Un modelo de gestión comercial novedosa y soportada en una estructura básica de un canal autónomo e integrado verticalmente ofrecido por el propio distribuidor, que en tan solo 24 horas es capaz de colocar el producto que él mismo elabora, desde la explotación agrícola directamente a la mesa del cliente.
Un producto fresco y de calidad
entregado con rapidez, ambos factores hacen sumar valor al resultado final, beneficiándose
de una distinción única y reduciendo costes en la búsqueda del mayor excedente
que permita el mercado, a la vez que conseguimos diferencias notables con los
competidores potenciales. Según las últimas tendencias de consumo, todo lo relacionado
con lo ecológico y el equilibrio con el medio ambiente son factores que
potencian y ayudan a decidir la compra de los consumidores finales.
Nos hacemos cargo de la
importancia que la variable distribución aporta al producto ofertado y de la
incidencia en su precio final, a la vez que observamos en este caso la
considerable ventaja que aporta el control total sobre el canal de
distribución.
Sin intermediarios, el producto “directo desde la explotación a la mesa”.
Ésta es la primera característica de Naranjas INZA donde consiguen
diferenciarse de sus competidores, el uso de un canal corto, directo y propio no es muy común para la
comercialización de un producto de consumo. En este punto también podríamos
confundir la estrategia empleada para la cobertura de su mercado, donde la
imagen de marca y el mayor control que la firma ejerce sobre su canal de
distribución, concluyen en una exclusividad
propia a la vez que presenta tintes de cierta
intensividad. Cualquier consumidor final puede llamar para realizar su
pedido, pero éste será recogido, seleccionado y preparado en exclusividad para
él.
La estrategia de comunicación se
realiza directamente sobre el cliente o consumidor final al que se dirige el
producto, lo que nos atrevemos a catalogar como una estrategia de presión o Push diferente y novedosa, poco usual para este tipo de mercado.